
No hay más mundos que aquellos que nosotros mismos hemos inventado y son tan sólo espejismos imperfectos, por eso hago planes cada día con la seguridad de que será el último de mi propia vida… Hoy comienzo este viaje abriendo los ojos aún entornados, esos oscuros objetos con los que el deseo alguna vez rindió culto al sutil contacto de otros ojos y me sorprendo, me sorprendo una y otra vez mientras anhelo conocer lo que hasta ahora me fue prohibido, quizás por haber incumplido algún pacto que desconozco… Busco e insisto en buscar tibias señales entre el musgo de las rocas, quizás sólo absurdas pistas que me permitan llegar mucho más...