
Estoy que no quepo en mi, lo
confieso, estoy pletórico, evanescente, radiante, esplendente y etéreo, por fin
he visto la luz, bueno la luz no, que si me oye el ministro Soria, canario
cabal donde los haya, me cobra una tarifa por mi alborozo y me castiga a tener
que quitarme mis paneles solares Ray-ban y hasta la crema aftersun, en fin,
como decía previamente a mi iluminación mundana, acabo de tener un rapto
inconfesable de orgullo patrio, si estimados lectores, por fin después de vagar
sin rumbo por esos mundos de Dios o lo que sea, por fin hemos encontrado el
timón de nuestro existir, la velas que guiarán nuestro bajel...