
Descansé poco anoche querido
diario, ya sabes, no son éstas épocas de vino y rosas, más bien de achaques y
penurias, los años no han pasado en balde por mis maltrechos huesos, además, anoche
se agolparon muchas ideas en mis sienes, palpitando como corazones desbocados, en
fin que le vamos a hacer, la felicidad hace tiempo que emigró de este ya casi
irreconocible lugar al que antes conocíamos por...¡bah, qué más da como se
llame! vosotros sabéis a cuál me refiero.
En otro tiempo, a la muerte
del tirano, que el diablo tenga a su diestra, olvidamos para que todo cambiase,
olvidamos mil sinsabores, les olvidamos a ellos,...