
Su intención nunca fue hacerle daño,
pues su corazón quedó prendido a el,
nada pudo hacer por mantenerlo a su lado
pues nada tenía que pudiera ofrecerle,
y el mundo cayó entre sombras cuando giró
su cara
y corrió dejándole atrás, porque tras de
sí quedó su alma…
Qué no hubiese dado ella por amanecer
cada día a su lado
por verle levantar su mirada y sonreír,
pero la luna, no siempre alumbra a todos
por igual,
y las miradas y las palabras fueron como dagas,
qué no hubiese dado ella por cerrar tras de
si
las ventanas del mundo y aislarse de la
brisa
pero no pudo ser, y simplemente no fue…
Mil veces su mirada enfrentada
a esa...