
Y si dudase de todo en esta solitaria noche
quién podría hablarme sobre todo aquello que ignoro,
quizás el murmullo del bosque o solo mi desvelada conciencia
que despavorida persigue a quién de todo carece
e ingenuo sueña, en su necedad, con poseer algo…
Y es el sueño que ahora huye de mi desterrado
como un principio sagrado que rige todas las cosas,
esas que habitan entre las oquedades de mi deseo
o quizás solo entre las paredes de este cuarto
dónde no hallo respuesta a las ignoradas preguntas
que perviven tras mis ojos pesadamente desvelados,
mientras tú, altiva y somnolienta me miras y sonríes…
Y si vacilase de tu segura...