
Malena
sólo se alimenta de vida,
y sale
cada mañana a las calles
a beberse
las esquinas,
a respirar
los vapores
que emanan
de las sentinas
del barco ante
la tormenta,
que es al
fin y al cabo su vida…
Malena no
tiene tiempo
de quitarse
las espinas,
pues de
sus tiempos de rosa
ya no
quedan,
ni el
aroma de sus pétalos
ni el grácil
porte de su tallo
ni el
color en sus mejillas…
Malena
vive su verdad
acodada en
la mentira,
es como un
barco en derrota
navegando,
en su particular ventisca,
es como
aquel ruiseñor enjaulado
q ya no
vuela libre ni en su mente
ni en cada
trino que aún le reste a su vida..
Malena
busca...