Mucho tiempo ha pasado desde la postrera
vez
que puse cada una de mis letras
sobre ti,
mas confieso que ya te echaba de
menos,
como se echa de menos el calor
entre unas sábanas heladas,
como se ansía el roce de unas
manos
cuando la piel se siente huérfana
de ellas,
y te confieso que así me sentía
yo sin ti…
Mi vida ha cambiado tanto
desde la última vez que te
vi,
que no se cómo empezar a contarte
las razones de mi marcha,
pues no fue partida deseada,
aunque ausencia en si misma fue,
por ello debo sincerarme
para no volver a defraudarte,
ya que si alguien en estos años se
merece
la lealtad debida a esta voz y a
la vez púlpito
ese eres tú…
Anduve muchos meses disperso,
en busca anduve de algún sentido
donde no había más que desorden
e insolente desatino,
vagando anduve si,
pero logré hallar el camino
que me ha llevado de nuevo hasta ti,
y creo poder prometerte
que jamás volveré a marcharme,
pues la vida que disfruto ahora,
solo me depende de mi…
Hoy he vuelto sentir en mi cara,
toda la luz que irradian
la esperanza y la alegría de
vivir,
hoy he vuelto a ver
el auténtico color de mi vida
que huye a zancadas
de aquel funesto tono gris de
antaño.
Hoy he vuelto a sentir
ese azul intenso y bello que
tiene la felicidad
y quería compartirlo contigo…
