"Dedicado a todos aquellos que intentamos nadar contracorriente en el ámbito cultural de las Islas Canarias"

12 de abril de 2011

Envíame una señal

Me planto, definitivamente me planto. Y comprendo que no es mi común forma de actuar el hacerlo, pero es que no puedo con esta panda de pseudopadres de la patria, allá donde miro veo partidos con supuestos corruptos en sus listas, todos sabemos quienes son los principales actores de esta película, y huelga nombrarlos ahora, ya lo haré más adelante. Pero lo que más me molesta, tanto en el panorama nacional como en el insular, es que se nos muestra ya muy a las claras, que todo el pescado está vendido mucho antes de que se alce el telón.

En el ámbito nacional, el PP y sus cornetas del juicio final tocan a rebato sin experimentar “acto de constricción” alguno por la corrupción, a mí no me miren, que yo no he sido, y tú más, vamos de patio de colegio. Acuden a manifestaciones, con tintes de ultraderecha o si no es así, se les parece mucho, reivindicando algo que es justo en sí mismo, la no negociación con ETA, pero les pierde en sus presupuestos la inquina de los últimos ocho años y la repetitivas letanías, tantas veces escuchadas: Zapatero dimisión, Zapatero a la cárcel, Zapatero al cementerio con tu abuelo (represaliado en la guerra civil), Rubalcaba a la cárcel, etc., vamos penoso.

Por otro lado, tenemos a la pseudoizquierda, un partido socialista, cada vez menos social y cada vez menos listo, salpicado por la marcha de su líder y su tan cacareada sucesión, por los casos de corrupción en Andalucía, por una crisis que no crearon ellos, (¡ojo!, no olvidar, que, ésta, está siendo una crisis mundial), pero a la que han contribuido con la ocultación, con la falta de agilidad en la toma de decisiones, etc., vamos penoso.

Y hacemos un doble giro mortal, cayendo de pie y metiéndonos en bucle espacio-temporal para descubrir que en Canarias pasa, sí, ya podéis suponer, lo mismo.

A nuestra derecha, el mal llamado “nacionalismo canario”, derecha reconvertida, caníbal de insaciable voracidad, de memoria fina y estrecha y una capacidad sorprendente para colocarse en la foto y salir siempre retratados los mismos, vamos que te vas quince años a vivir a Katmandú y cuando vuelves, te encuentras a los mismos, a sus hijos y en algunos casos endogámicos y nepóticos, incluso solazados y emparejados entre ellos.

Siguiendo en el ala derecha del ring, tenemos a los populares canarios, bello y florido patio de múltiples familias, todas ellas bien avenidas entre sí, que se disputan un no sé qué pedazo del pastel electoral que al final les lleva siempre a no ser, ni aquí ni en la isla de enfrente, sino un mero convidado de piedra de los anteriormente mencionados, todo sea por probar una parte del pastel y cerrar, de paso, la gobernabilidad a los que ahora con todo lujo de detalles describiré.

Y llegamos por último, a la supuesta izquierda tirando al centro, hidra de siete cabezas, por lo menos, que para que les votemos, los de izquierda, deberían ponerse primero ellos de acuerdo, porque son bastante cansinos, los años pasan y de esa frustrante digestión soporífera de la que nunca salen, no queremos ser los votantes, especialmente el que suscribe, el Alka-Seltzer que les saque de tamaña lucha intestina y esto me recuerda a Salustio y la conjuración de Catilina, vamos un latinazgo mental que me ha venido por instinto.

En fin, que para terminar esta epístola salpicada de desánimo electoral, te sugiero estimado Gran Espíritu, que en tu inmensa sabiduría, si puedes y no te parece muy agotador, dado tu incesante quehacer diario, me envíes una señal, por pequeña que sea, porque con esta fauna, prefiero comerme el voto.
Salud y suerte, que falta nos va a hacer

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