"Dedicado a todos aquellos que intentamos nadar contracorriente en el ámbito cultural de las Islas Canarias"

13 de abril de 2011

Especies en riesgo de extinción (I) "El Técnico"

Esta serie de artículos sobre la fauna urbana, nace con la sana intención de que toda la comunidad científica internacional y por supuesto, las publicaciones más eminentes en éste ámbito, tales como: "National Geographic" o “Science”, muestren interés en la preservación de especies en riesgo de extinción. Hoy comenzaremos por analizar a nuestro primer animal de costumbres: “el técnico".

Nos encontramos ante un ejemplar de hábitos variopintos, generalmente, encabeza la manada o se camufla entre ella, pululando entre los ejemplares de su misma especie pero no categoría, siempre suele ir tocado con un casco, generalmente de color blanco, aunque suele haber variaciones tonales, un móvil de penúltima o antepenúltima generación y por supuesto, un chaleco reflectante.

El técnico es, generalmente, un ejemplar preparado pero no sabemos en qué menesteres, lo que sí podemos reseñar como su principal característica común, es como en otros muchos casos en la naturaleza, el abrir zanjas y huecos para rellenar con materiales de no sabemos qué procedencia y por no sabemos qué causa, pero desde el punto de vista científico, resulta verdaderamente interesante observarlos en su propio hábitat. El técnico no da explicaciones, no planifica, se lo dan hecho, intuye, coteja y actúa, generalmente sigue el método conocido como ensayo-error, abro la zanja, la cierro y la vuelvo a abrir porque me he olvidado algo. Esta característica ha sido contrastada, gracias a exhaustivos estudios, y suele aparecer, en periodos exclusivamente electorales, lo que les confiere el apelativo de técnicos estacionales.

A veces se les suele encontrar reunidos en manada, o sea, 3 ó 4 técnicos y algún operario, que  generalmente, es el único que da un palo al agua, porque está subcontratado por seis horas y además es un búlgaro de la misma Bulgaria y puede, si no sigue los dictámenes del técnico, ser expulsado por decreto de urgencia a su país.

En cuanto al apareamiento, los técnicos suelen aparearse en los largos periodos preelectorales, pero eso, no puede, ni debe, llevarnos a la conclusión de que sólo lo hacen en esos espacios estacionales, porque sus cortejos precoitales transcurren durante todo el año, si no, cómo habría tantos.

Desde el punto de vista exclusivamente zoológico, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el técnico puede ser muy agresivo e incluso incurrir en actos de brutalidad totalmente reprobables, sobre todo, cuando ve su plaza de técnico amenazada, por esa razón, no conviene el acercamiento a dichos ejemplares sin las rigurosas medidas de seguridad.

Por último, queremos ofrecer en primicia, un escalofriante documento con el que queremos resumir no sólo el conocimiento de su propio hábitat que estos ejemplares tienen, sino también el enorme recelo ante el extraño que muestran y su facilidad de comunicación al respecto (el diálogo que van a escuchar está basado en hechos reales y puede herir su sensibilidad):

-Transeúnte y vecino del lugar: “Buenos días caballero, ¡qué echando unas horas!, perdone que le pregunte, pero es que llevo viviendo aquí muchos años y recuerdo que ese desnivel, ahora ajardinado, era un barranco originariamente por donde corría el agua, ¡ah, claro!, por esa razón, se suele colapsar cuando llueve, destrozando todo a su paso y poniendo en riesgo la vida de los que aquí habitan.

-Respuesta del técnico: Señor, no moleste coño, ¿es que va a saber usted más que un técnico?, ¿tiene usted el título?, ¿es acaso uno?, pues si no lo es, cállese, circule y déjenos hacer a los profesionales, qué más les dará, ni que les molestara, y si nos equivocamos, siempre nos quedará la posibilidad de volver a abrir, cerrar y olvidarnos algo de nuevo, que para eso están los fondos europeos y las elecciones a la vuelta de la esquina.  

Salud y suerte, que falta nos va a hacer


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