No me propongo
hacer proselitismo de mis ideas, ni tan siquiera voy a hacer una especial
mención a la admiración que siento por las decenas de miles personas, jóvenes y
no tan jóvenes, que ha mostrado al sistema y a los que forman su engranaje, que
hay otras formas de pensar, de hacer política, de ansiar un futuro diferente, y
sobre todo voy a evitar ponerles etiquetas de fechas, de ideologías y de
nombres impostados.
El propósito de mi
artículo de opinión tiene dos vertientes: por un lado, es hacer mención a “Cristina”, la joven radioyente de
Burgos que puso en solfa a ciertos tertulianos, esas aves de rapiña de pelaje
variopinto de las que ya he hablado en mi blog, que estaban denigrando desde la
radio pública RNE a las miles de personas que se encontraban en Sol y en otras
muchas plazas de este país, y me dirijo a ella para decirle que siento la
necesidad de mostrarle mi admiración y mi respeto por su acertado comentario en
el que demostró el sentir de muchas personas en relación a todos esos/as
opinadores/as que se refugian en su buena nómina mensual y en su más que seguro
estatus económico para desde su posición de ventaja opinar sobre todo y todos,
siempre en función de quién les pague o en qué emisora se encuentren.
Y por otro lado,
quiero hacer referencia a la cadena privada Intereconomía, y en este caso, me voy a permitir hacer alarde de su
tan manida y aludida “libertad de expresión”, a la que ellos aluden cada vez
que son tachados de pura y dura ultraderecha, porque la libertad de expresión
es un derecho que la mayoría de los que integran esa cadena quitarían, si
pudieran, a todos aquellos a los que critican y repudian, por eso me parece una
verdadera paradoja que ellos esgriman ese derecho cuando la gente, libremente,
les increpa por su falta de rigor y de código deontológico a la hora de
informar sobre lo que está ocurriendo ahora en este país y en otros muchos
lugares del mundo. Tampoco puedo por más que hacer especial mención a la entrevista
realizada por esta cadena a un supuesto joven que se encontraba en Sol y que
por su atuendo parecía no haber sido cogido al azar sino más bien, tenía, dicha
entrevista, toda la apariencia de ser dirigida, amañada y muy torticeramente
preparada con el objetivo de contrarrestar a los miles de personas que allí se
encontraban. En ella, este sujeto aludía a los vendedores de refrescos, al olor
a porros, mientras sus labios y su cara delataban el amaño.
Con éste artículo,
posiblemente me posiciono en cuánto a mis ideas sobre este movimiento de
pensamiento y reacción y probablemente, me posiciono también en cuánto a mi
opinión sobre la actitud y la ideología de Intereconomía, pero lo que realmente
subyace en él, bajo mi punto de vista, no es la validez de mi opinión o el
compartirla o no, en tanto en cuánto es sólo importante para mí, lo realmente
denunciable es como la manipulación de la información que ejercen algunos
medios y personajes en este país, ha llegado a tal punto de iniquidad que les
ha hecho perder el referente que para el periodismo debería ser la información
objetiva y no la recurrente utilización de la parábola de la mentira para
conseguir sus fines ideológicos, porque todos sabemos que por más veces que
repitas una mentira nunca se tornará en verdad. Ahí os dejo ambos cortes
periodísticos, para que podáis contrastarlos.
Saludos y suerte
que falta nos va a hacer
Fuentes:
http://youtu.be/Py9NwyHmD9E (Falsa entrevista en
Intereconomía)
http://youtu.be/1xn11yv4MB8 (Llamada de Cristina
a Radio Nacional de España)
Ilustración:
Google
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