Me
he propuesto como siempre en mis artículos no mentir, no insultar, ni tan
siquiera menospreciar con el fin de intentar comprender, pero presiento que en
este caso, me va a resultar excesivamente complicado. Por todo ello, prometo
que no voy a mentir, que intentaré no insultar, ya se califican ellos mismos y
en cuanto a menospreciarlos, lo siento, la cruzada ultraconservadora me parece
más un grupo de fanáticas grupies siguiendo obsesivamente a un señor que
durante años dirigió la polémica congregación para la doctrina de la fe, sucesora
de la inquisición, o sea, un patético Torquemada con cara más de muñeco
diabólico que de varón rezumando santidad.
Escribo
este artículo a menos de 24 horas de que éste señor, al que voy a evitar
mencionar para no darle más publicidad, erigido por obra de no sé que santidad
evanescente, visite Madrid en medio de un alborozo propio de jovencitos del
“Tea Party” internacional, entonando fanáticas letanías catequistas de fin de
semana y yo me pregunto:¿pero este país no era supuestamente aconfesional? Pues
va a ser que no.
Durante
este mes de agosto, he tenido la oportunidad de visitar Madrid, de estar en Sol
con los últimos compañeros que mantenían puestos de información sobre el movimiento
15M, sin saber que tan sólo 24 horas después, iban a ser desalojados como
alimañas y comento este detalle mientras una manifestación laica, palabra fútil
donde las haya, se pasea por Madrid, como apestados, rodeados de enormes
medidas policiales y yo me pregunto: ¿qué diferencia existe entre ambos
movimientos para que unos hayan sido tachados de herejes, violentos y otros
improperios, mientras los otros son la vanguardia de una juventud provista de sólidos
valores?.
Pero
de verdad que no os da vergüenza, de verdad que cuando os miráis en el espejo
no sentís la incongruencia de vuestras intangibles creencias, de vuestros
fanáticos postulados en un mundo de pobreza, de hambre, de guerras, de paro. Os
gastáis millones de euros para que un señor y su corte de plañideras os
confiesen a la intemperie y os perdonen los pecados, pero y la soberbia, os
perdonarán también vuestra soberbia.
Yo, mi
yo, como decía Walt Whitman, yo reniego de esta feria de las vanidades, reniego
de vuestro fanatismo, mientras criticáis otros fanatismos y os jactáis en
vuestra ignorancia calificándonos como “una corriente de radicalismo laico”, no
señores, yo no soy un radical laico, yo soy ateo, apostata y reniego de vuestra
iglesia, de vuestras orgías de fe, de vuestros grupos ultraconservadores, de
vuestros fastos, de vuestra política de libertad para los que piensen como
vosotros, yo os desprecio, desprecio vuestra patética manía de decirnos lo que está bien o mal, de
señalar vuestro cielo y nuestro infierno, dejadme que yo elija los míos en la
tierra que los vuestros ya los hallaréis a base de “ostias y plegarias” en el
cielo.
Decís
que no se os ha ayudado desde las
instituciones, que no costáis nada a las arcas del estado, y quien coño va a
pagar las dietas y las horas extras a los miles de policías, de profesionales
de los servicios médicos, de barrenderos, etc.
Pena,
da verdadera pena, ver como unos pretorianos al mandado de sus amos golpean con
saña a ciudadanos que sólo claman por algo que les parece injusto, aduciendo
provocación y amenazas, mientras hacen de guardia de corps, como borregos, de
aquellos que si provocan con el insultante ejercicio de vigorexia de una
iglesia que se miente a si misma mostrando un poder que ella misma sabe que es
ficticio, pues su poder de congregar fanáticos no esconde sino su insufrible
vanidad, no señores, mi respeto no lo
tendrán jamás ni la Curia romana, ni los movimientos catecumenales, ni las
monjas de clausura, ni el Opus Dei, mi respeto va dirigido hacia aquellos que
hacen el bien en la sombra, sin alharacas,
hacia todos aquellos que desde su fe y no la mía, sirven a los demás
allí donde se les necesita, siempre desde la humildad y no desde la vanidad y la
soberbia de la que sin duda habéis hecho gala en éste caluroso agosto de
Madrid. ¡Perdónales porque, éstos, si saben lo que hacen!
Un saludo y espero que os guste
2 comentarios :
completamente de acuerdo!
No sé por qué te resulta extraño que a los indignados se les considere una amenaza, y a los otros ("la vanguardia de una juventud provista de sólidos valores") no. Me encantó la foto, muy expresiva.
Me trajo a la mente unas frases del libro clásico "Los hermanos Karamazov" (F. Dostoievski) Capítulo V: El Gran Inquisidor.
"Todo fue transmitido por ti al Papa, así que ahora todo está en poder del Papa, y harías mejor en no venir en absoluto, no nos molestes, al menos, hasta que llegue el momento."
"Mas sólo domina la libertad de los hombres quien tranquiliza sus conciencias. Con el pan se te daba también una bandera indudable: si das pan, el hombre se te inclinará, pues no hay nada más indudable que el pan, pero si, al mismo tiempo, alguien se apodera de tu conciencia al margen de ti, ¡oh!, entonces será capaz de dejar tu pan y seguirá a aquel que seduce su conciencia.//...// Pues el secreto del ser humano no reside solamente en el hecho de vivir, sino en para qué ha de vivir. Sin una noción firme de para qué ha de vivir, el hombre no aceptará la vida y antes se aniquilará que seguir en la tierra, aunque a su alrededor todo fuesen panes."
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