A lo lejos veo como te acercas, subes las escaleras soberbia y altiva, pareces aún más joven y apuesta, pero nunca imaginé que tu semblante fuese tan macilento y taciturno, pero que más da, no creo que eso sea importante hoy. Has hecho sufrir a mucha gente desde que el mundo, mundo es, aunque eso no te ha hecho reflexionar y ni tan siquiera he visto en ti un atisbo de arrepentimiento. Por esa razón, hoy te condeno a morir tantas veces como a tantos tu misma has condenado. Y entonces la muerte padeció su propia muerte.
Un saludo y espero que os guste
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