"Dedicado a todos aquellos que intentamos nadar contracorriente en el ámbito cultural de las Islas Canarias"

8 de diciembre de 2011

El sonido de los silencios

No hay nada en este mundo que me moleste más que la falsedad, rasgo éste que me honro en haber desterrado, y no sin un gran costo, de mi vida, aunque debo de reconocer que en ciertos casos, es denominador común del curioso discurrir de otras personas, y hoy, si me lo permitís, voy a hablar de uno de estos personajes.

Tengo un amigo, pongamos que se llama Mariano, nombre inventado, que es un verdadero estratega de la nada, quiero decir, de la nada de nada, Mariano, es un verdadero ejemplo de cómo se puede sobrevivir siendo un personaje de perfil bajo, yo me atrevería a decir que no de bajo sino de semisótano, un personaje que ha sabido nadar y guardar la ropa para ir escalando en este difícil y arduo mundo de la macropolítica. Mariano, éste amigo de un amigo, sólo ha tenido la osadía de sacar la lengua a pasear una vez en su vida, porque éste tipo de personajes, a veces, las menos de las veces, tienen exaltados delirios mesiánicos y zas, se aventuran más allá de la seguridad de sus papeles y de sus rincones sombríos, allí dónde se sienten más seguros, y claro, meten la gamba hablando de finos y casi imperceptibles hilillos de plastilina, en fin, un desliz.

Pero hete aquí, que Mariano, mi amigo imaginario, es elegido a dedo por otro sátrapa ególatra y mesiánico, para ser su sucesor, dios los junta…, pero Mariano, siempre perro fiel de su amo, se envalentona y muerde la mano de su antiguo jefe, separándose del camino recto que todo conspirador de palacio debe seguir y distanciándose poco a poco de su mentor.

Mariano, nombre ficticio, pasó durante siete años, un verdadero calvario entre el desprecio del ala más extremista de los suyos y los ataques de todos aquellos, que por inacción le despreciaban, pero Mariano, siempre siguió fiel a su dogma: “el silencio siempre te llevará allí donde las palabras no llegan” triunfó, sí, siete años después, Mariano salió victorioso, pero antes, hagamos memoria y descubriremos que Mariano, hábilmente, nunca estuvo callado porque las palabras que el nunca pronunció, eran otros los que las escupían un día sí y otro también, evitando de esta forma que Mariano, mi amigo, se moviese un ápice hacia el abismo que las opiniones propias nos pueden llevar, y total para qué, que se mojen los demás.

Mariano, según bien recuerdo, usó como arma arrojadiza la lucha contra el terrorismo de ETA, utilizó a las víctimas de ese mismo terrorismo, aunque éstas fueran fáciles de manipular y me atrevería a decir que algunas veces hasta jugasen al burdo juego de convertirse en un lobby de presión, en fin, asco deberán sentir sus muertos por ellos, atacó a Cataluña por secesionista e insolidaria, llevó al Supremo el estatuto de Cataluña, también la ley de matrimonio homosexual, se rió de la alianza de las civilizaciones, se mofó de la ley de igualdad, tildó de inútil la ley de la dependencia aunque su grupo votó a favor de ella, criticó las medidas de ajuste que Europa pedía cuando se tomaron, aunque antes las exigiese por activa y por pasiva, medidas éstas que acercaban al gobierno socialista más a su ideario neoliberal mientras que le alejaban de su ideario socialdemócrata, criticó que el gobierno, durante meses, exigiese consenso entre los sindicatos y la patronal, que se frota ahora las manos, aunque ahora su primera medida parece ser que será una profunda reforma del mercado laboral, del miedito tiemblo, satanizó el servilismo de España y del gobierno español ante los mercados y ante los dirigentes europeos y hoy, tres semanas después de ganar las elecciones sin decir ni palabra, en un congreso del grupo popular europeo, o sea en Europa, y mucho antes de hacerlo ante sus conciudadanos, los que le votaron y los que nuca lo haremos, habla de sus propuestas pero sin concretarlas porque mi amigo Mariano sabe que, aunque su rodillo mayoritario le da carta blanca para hacer y deshacer lo que hemos ganado en estos años con mucho esfuerzo, esto le va a costar muy caro en su propio país. Por ésta razón, desde hoy mismo, éste que suscribe y me consta que otros muchos, durante los cuatro años que te quedan en el poder omnímodo que otros te han dado, pediremos un día tras otro tu dimisión, Mariano, dimite o te haremos dimitir por falso, manipulador y pusilánime.

¡Ave Mariano! Moriturum salutam

Un saludo y espero que os guste

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