Bermuzy, desucios, desocios y desahucios

Cuando ya había perdido la fe en el ser humano, una mañana cualquiera de esas sin ninguna chicha ni interés, me asomo a esa caja tonta a la que llamamos televisión y qué creéis que observo con asombro, el famoso salto de Félix Baumgartner desde la estratosfera, la admirable esposa de Donald Trump en África posando con los famélicos niños de algún campo de refugiados para las portadas de Hola, a Buzz Lightyear intentando llegar hasta el infinito y más allá, pues no, sorprendentemente veo conmocionado al ínclito José Manuel Bermúdez, a la sazón alcalde de Santa Cruz de Tenerife, la ciudad donde vivo, que no mi ciudad, en la cadena de televisión de La Sexta proclamando la injusticia social de los desahucios como un eremita converso en el Monte Carmelo alimentándose de la bondad humana y de las bayas salvajes, entre un torrente de desaforadas noticias de asesinatos, bodas, bautizos y descuartizamientos, bueno, supuestos asesinatos, bodas, bautizos y descuartizamientos, ¡uff!, y ante tal visión, cojo aire.

Os confieso tras exhalar el aire que aún no nos cobran, estimados lectores, que aunque hoy abordo un tema excesivamente doméstico, si en lugar de hacerlo, no lo hiciera, habría podido sufrir una implosión en la que mis órganos internos no hubiesen servido ni para hacer paté de oca, y no estoy por la labor.

Hoy estoy por la labor de reconocer que me hubiese sentido muy orgulloso del Sr. Bermuzy si no sintiera en mi fuero interno, ese que no ha implosionado, que esta conversión ultramontana de San Juan de La Cruz, tiene un cierto tufillo que apesta a que su objetivo no era otro que dar un volantazo a las críticas sobre la mala gestión de las viviendas de protección social que durante semanas ha recibido el Ayuntamiento de nuestra capital y la concejalía que dirige, muy “eficientemente”, la esposa del atinado y preparado para temas no de este mundo, sino de otros mundos que se nos escapan a los mortales, D. Paulino Rivero, Presidente del desgobierno de Canarias, si, su esposa Dña. Ángela Mena, una de esas mujeres conocidas por su buen y afable trato, buenas formas y alta preparación, una de esas mujeres que merecen estar donde están por su valía, que no por ningún nepotismo falsario, faltaría plus.

Pero el inconveniente de la actuación de Bermúdez, según mi opinión, no es ese, no es su extremado afán de protagonismo inmerecido, pues no deja de ser sino otro alcalde que está ahí por los pactos contra natura a los que nos tienen acostumbrados en esta tierra los de siempre, los Socialistas, los PePeros, los hijos putativos afiliados desde su más tierna juventud, a ATI (Agrupación Tinerfeña Independiente) a quiénes, dicho sea de paso, no se les conoce trabajo en empresa privada alguna y el conocido en lo público también brilla pero por su ausencia, quizás excepto por la retahíla de cargos políticos que han ostentado desde su tierna incorporación a la res pública, vamos que mientras uno estudiaba y terminaba su carrera, éstos, sin terminar las suyas, ya corrían la de los 100 metros lisos junto a Carl Lewis y Ben Johnson e incluso ya hacían apostolado para ser insignes padres de la patria canaria.

En definitiva, el reproche que hoy le hago a Bermúdez & Co, no es ese, mi reproche es que no han tenido los mismos redaños para luchar en contra de la injusticia de los desahucios en los años oscuros en los que ninguno de nosotros nos enterábamos de lo que estaba pasando, si, esos años en los que también era Cajacanarias, si, la ilustre Cajacanarias la que los hacía y aún hasta creo que los sigue haciendo, y porqué, se preguntarán ustedes estimados lectores, pues porque Coalición Canaria debe mucho a esta insigne caja, son muchos los dineros que ambas han manejado conjuntamente, en un pacto no firmado, son muchas las supuestas obras sociales, son muchos los empresarios beneficiados con préstamos y financiaciones sin la usura que ahora exigen a los pobre curritos, algunos hasta presidentes de clubes de fútbol, y ahora cuando la Caixa ha entrado, gracias a la compra de la anteriormente mencionada caja, como elefante en cacharrería y ya no les pertenece a los políticos de siempre, es ahora cuando, sorprendentemente, el Pisuerga pasa por Bankia, que total es una caja de Madrid y a éstos ni les va ni les viene, que sin pensarlo dos veces y tras iluminación digna de ser estudiada por Iker Jiménez, cuál adalides en contra de la ignominia de los bancos, se alían éstos obscenos para defender a la respetable Sra. Carmen Omaña, y salir al día siguiente en la foto, creo, según pude observar, que la Sra. Ángela Mena se afanó porque así fuera y quedó muy favorecida incluso, aunque me hubiese gustado verla defendiendo a los sin techo que ahora abundan por doquier en los barrios no tan céntricos de nuestra ciudad.

En fin, estimados lectores, quiero desde este mi pequeño púlpito, enviar un fuerte abrazo no sólo a esta conciudadana sino también para todas las familias que están o han estado sufriendo durante años el acoso brutal de los bancos, aunque según leo hoy mismo, ya estaban en los corazones y en las mentes de los socialistas y de los peperos que ahora se afanan en apuntarse el triunfo de no sé que futura ley, sino principalmente mi recuerdo es para unos héroes que si son los que con su desesperación nos han despertado de nuestro letargo, me refiero a ese señor de Granada que se ahorcó antes de ser embargado y a esa señora de Barakaldo que se tiró por la ventana antes de ser humillada y vejada por estos banqueros sin escrúpulos, y para usted Sr. Bermúdez un consejo: “en cuestiones concernientes a los políticos, la mentira y la falsedad tienen tantas patas como un ciempiés pero a la par son tan cortas como la talla e intelecto de algunos de ellos”.

Un saludo y espero que os guste.

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