Desde la antigüedad hasta la llegada de la medicina moderna
a mediados del siglo XIX, los filósofos y físicos mantuvieron una teoría que
sostenía que el cuerpo humano estaba compuesto de cuatro sustancias básicas llamadas humores,
cuyo equilibrio indicaba el estado de salud de la persona. Así, por tanto, todas
las enfermedades tenían su explicación en un exceso o un déficit de alguno de
estos cuatro humores.
Pues no, como ya sabréis, pues está de rabiosa actualidad, eso
es totalmente incierto y los antiguos se equivocaban, el equilibrio del
bienestar humano, el cual supuestamente se sostenía en el mantenimiento de
cuatro pilares básicos: la sanidad, la educación, los servicios sociales y la
justicia social para los más desfavorecidos, unidos a los derechos que de ellos
emanan, es decir, derecho a una vivienda, a un trabajo digno, en fin, a vivir y
no a sobrevivir, ya no existen, de un plumazo este gobierno elegido por la
mayoría absoluta de once millones de desaparecidos, lo ha borrado de un plumazo
ideológico.
Hoy, mientras pensaba cómo enfocar este artículo de opinión,
me paré un momento a escuchar a Iñaki Gabilondo en su videoblog mientras comentaba
cómo nos están sangrando poco a poco como lo harían las sanguijuelas y pensé
que ese era el verdadero enfoque de este texto, no sólo nos están expoliando el
pasado sino que en aras de no se qué pax económica mundial nos están robando el
futuro.
Supongo, estimados lectores, que si alguien nos dijera que
estamos siendo sofronizados por alguna mente criminal que nos utiliza como parte
del público de un talk show en horario de prime time o de una película de
Hollywood, y que hemos estado casi un año y medio ladrando o subidos a alguna
liana haciendo el ornitorrinco tartamudo en vivo y en directo, le creeríamos,
siempre con la promesa de que nuestro hipnotista nos devolviera a la realidad y
luego pa´ casa, pero creo que este camino en el que nos han metido estos
gañanes, trágicamente no tiene vuelta a atrás.
Confieso que cada mañana hago acto de constricción, respiro
y me planteo, como buen pesimista, que nihil novum sub solem puede ocurrir que
me sorprenda ya, vuelvo a encontrarme errando de nuevo, tomad nota y veréis el
porqué de mi pesar, ya que a las ya tan consabidas no por menos indeseables y
rastreras subidas del IVA, del IRPF, la aparición de la Reforma Laboral de los
6 millones de parados, el Repago, las ayudas a la banca, los recortes en
dependencia, los reiterados incumplimientos de promesas electorales, el amago
de ley antidesahucios, un Presidente cobarde que se esconde y no da
explicaciones sobre los temas que nos afectan, como es su deber, las comisiones
de investigación cerradas sin conclusiones, la vertiginosa pobreza, los incómodos
sobresueldos, el substancioso caso Gürtel, mi adorado Bárcenas el alquimista y
las explicaciones de parvulario sobre su contrato y su labor dentro del partido
popular, por cierto muy fan del personaje, la corrupción galopante a la que se
unen ahora la prescripción de los fármacos más baratos para los enfermos
crónicos, las urgencias colapsadas, los recortes en los hospitales, en fin, un
buen año y medio, si señores, muy buen año y medio.
Pero para ser sincero y honesto conmigo mismo, debo confesar
que estoy un poco harto de pasar por alto el núcleo del problema, de callar y de
otorgar, de olvidar la razón por la que estos infames van a estar en este desgobierno
durante cuatro años, ¡ojo!, que los otros vecinitos de la rosa tampoco es que
hayan sido y sean muy de fiar y jamás les excusaré, aunque también quiero
advertir y recordar a aquellos pacatos que en estos días se ríen y hacen
desprecio de los once millones que votaron a Chávez en Venezuela, tachándoles de
inconscientes, borregos y populistas, ya que, según entiendo yo, deben ser los mismos 11 millones de lerdos que
se trasladaron a España tras votar allí para poder hacerlo también en nuestras elecciones
generales, y de aquellos lodos surgió, como casi siempre en estos casos de
crisis, el inepto salvapatrias de Rajoy, un personaje del que creyeron a pies
juntillas sus promesas, un populista de tres al cuarto que sin duda ha
sobrepasado la cretinidad de su predecesor y que será recordado por pasar a la
historia de la necedad, de la poquedad y de la cobardía más absoluta, por la
que sin duda, será galardonado con una váyase usted a la mierda al final de
esta legislatura, como bien diría mi admirado Labordeta, bueno eso espero,
porque yo, de este país de neutrinos, insulsos y patrioteros, me espero hasta
un embarazo de Carmen de Mairena.
En fin, y para no aburriros más con mis neuróticas pseudo
crónicas sobre la actualidad que ya supongo conoceréis al dedillo, sólo me
limitaré a recordarles a los grandes filósofos y físicos griegos y romanos y
por supuesto, a mi admirado Hipócrates, que la famosa teoría sobre los cuatro
humores, a la sazón, la bilis negra, la bilis, la flema y la sangre, ha sido
sin duda, sobrepasada por nuestros patéticos gobernantes, después de más de dos
mil años desde su génesis, y todo ello gracias a la invención de una nueva
teoría en la que el humor lo ponen ellos con su ineptitud y corrupción mientras
nosotros simplemente convivimos con el día a día de la pobreza, del hambre, de la
enfermedad y del patetismo de observar como quienes gobiernan nuestros
designios son incluso tan mediocres como aquellos que les han elegido, ¡hala y
ahí os dejo hasta la próxima amigos y amigas!.
Un saludo y espero que os guste
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